Con las primeras luces del día, los devotos de Nuestra Señora del Carmen de Mazagón rezaban el rosario junto a su patrona por las playas de la localidad costera. Justo una semana antes del 16 de julio, día grande de sus fiestas, la Virgen del Carmen era trasladada hasta su parroquia desde la Iglesia del Picacho. Todo para la celebración de numerosos cultos que incluyen su procesión por las aguas acompañada por marineros y vecinos.
Guiados por el párroco Francisco Pérez, los devotos, vestidos de riguroso blanco, vivieron una serie de momentos que guardarán en su memoria durante muchos años. Escenas como la entrada de la virgen con su paso a hombros al océano o el primer encuentro con su nuevo monumento en la rotonda de las Dunas.
De esta manera, el pueblo de Mazagón vive sus tradiciones y rinde homenaje a su patrona, la Virgen del Carmen.